Para desconectar y repostar energía después de tanto tiempo enchufado al ordenata, salí a buscar otras conexiones menos virtuales, con más cobertura y vitalidad, siquiera fuera por los alrededores de casa. El atardecer urbano me sale al paso con sus paradojas teñidas de grises y naranjas.
Los descampados se marchitan al paso del desarrollismo, hasta el Sol se oculta encendiendo sus luces de alarma.
Abundantes señales de ultra cortas luces.

¿Doblan las campanas por el día que se va?