
La vida está llena de ciclos; deben completarse para dar paso a otro, hoy ha concluido el que compartía con muchos camaradas en la “facu”. Esta tarde, la ceremonia de graduación ha sido un acto muy animado y entrañable, sobre todo cargado chispa y buen rollito, con algún alfilerazo magistral a algún docente de titanio. Si bien se ha venido arriba en banderillas, tras el pase a puerta gayola de los presentadores.
Me quedo, apilado en las estanterías de la universidad, con el sentimiento de ser un tiesto más de esos que exponen en comercios de rancio abolengo, utensilios de generaciones pasadas. Supongo que el próximo curso llegará mi hora de dar el adiós a esa tienda de luchas e ilusiones, por cierto algunas cuestan muy caras. No es nuevo para este aprendiz la sensación de rematar el cesto de una carrera, por ello sabe de sobra que una parte de los mimbres, compartidos durante años, se dispersarán algún verano. Con el tiempo la realidad sólo será los recuerdos que queden de ella, por ello pretendo acopiar una canasta repleta en lo que falta por recorrer ensamblados en asignaturas de mucho frotar.
Me quedo, apilado en las estanterías de la universidad, con el sentimiento de ser un tiesto más de esos que exponen en comercios de rancio abolengo, utensilios de generaciones pasadas. Supongo que el próximo curso llegará mi hora de dar el adiós a esa tienda de luchas e ilusiones, por cierto algunas cuestan muy caras. No es nuevo para este aprendiz la sensación de rematar el cesto de una carrera, por ello sabe de sobra que una parte de los mimbres, compartidos durante años, se dispersarán algún verano. Con el tiempo la realidad sólo será los recuerdos que queden de ella, por ello pretendo acopiar una canasta repleta en lo que falta por recorrer ensamblados en asignaturas de mucho frotar.