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Ese a la barahúnda de la actualidad en estos días, el nómada tiene la cabeza en otras letras más difíciles de juntar que las pinceladas del blog. Asuntos familiares bastante complejos han vaciado la mente del autor y puesto su punto de mira en temas menos prosaicos.
Lamento tener el blog lleno de jaramagos y otras hierbas, fruto del abandono; lejanas las visitas a vuestros espacios. Confío en que se haga la luz al final de este angosto y sinuoso túnel por el que transito. Las noches en un hospital del seguro deben ser un placer de fakires o una delicia de la Santa Inquisición.
Hago el firme propósito de volver en cuanto abandone esta existencia de zombie con ojeras. De momento me coloco en “stand by”.