econozco que este blog lleva un
tiempo más parado que los pájaros de hierro insertados tras estas letras. El autor andaba por otras rutas
y menesteres, con la imaginación bajo mínimos. La escritura de relleno, como
los innumerables autorretratos que pueblan las redes sociales, me parece un
narcisismo estéril.
Para
‘postureo’ el que soportamos en estos tiempos de campaña electoral. Los
informativos se me indigestan como dos vasos de vodka ingeridos tras una buena
taza de leche con miel y canela. Estos días pasados, de andadura por bosques y
montes, me han servido para conectar con la esencia del ser humano. Hubiera
apostado por detener el tiempo en mitad de aquellos parajes. Sin tener que
soportar mensajes envenenados, relaciones contractuales con doble fondo y toda
la bagatela de quien vende humo.
Decía
Heráclito de Éfeso que nunca te puedes bañar dos veces en el mismo río. Esto lo
compruebo fácil, cuando disparo mi cámara varias veces sobre el cauce del
Guadiaro. Cada foto es diferente, sin haber variado el encuadre ni el resto de
los parámetros de las tomas. Surge el eterno dilema, con cuál te quedas. Os
dejo unas cuantas. Podéis elegir sin problema.
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Cueva del gato. Benaoján. Málaga. |
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Río Gaduares, salida por la cueva del Gato. Benaoján. |
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Resultado de fusionar varias tomas en una de alto rango dinámico. Río Gaduares. Benajoján. |
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Disparo lento en un recodo del Guadiaro. Benaoján. |
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Verde musgo sin paliativos. Río Guadiaro. |