sábado, 6 de diciembre de 2008

Porque está ahí


Mejor estar en las nubes o cerca de ellas, para perder de vista lo que aquí abajo se cuece; por lo que hoy un reducido grupo acometimos la subida desde el Robledal hacia el Salto del Caballo, llegamos hasta 1.885 metros de altitud, sin que pudiéramos hacer cumbre en la Maroma una vez más por la niebla que nos envolvió, no era plan de jugarse el físico, una gran compañera de clase disfrutó como un niña entre el blanco manto, a pesar de que un buen trecho caminamos dando resbalones sobre la nieve, al filo de un cortado del que solo se escuchaba el discurrir del arroyo, sin que se viese el fondo, muy apto para candidatos al filo de lo imposible. Sierra Nevada se ofrecía en dirección Oeste emergiendo sobre las nubes, las cuales quedaron a nuestros pies en nuestro afán por alcanzar la cima.
A estas horas las piernas, tras la agotadora picada, son un puro hormigueo, los descensos pese a lo que muchos pudieran creer agotan doblemente las rodillas, menos mal que los bastones cumplieron de maravilla, salvándonos de alguna que otra caída y amortiguando el balanceo de unas marionetas de la montaña.
Volveremos a intentarlo, como dijo George Mallory simplemente “porque está ahí” además, el Everest nos pilla un poco a trasmano.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Doña Nieves

Doña Nieves nos visita poco por estas latitudes, tan al borde del Mediterráneo, así que aprovecho la ocasión, subo desde la costa dirección Ronda hasta el puerto del Madroño, que aparece cubierto por el gélido manto blanco, tan agradecido para el CCD de la cámara, forrado como las cebollas aguanto a 4º C, el viento se encarga de que la sensación térmica sea de varios grados menos, abstraído con los encuadres ni pienso en ello.
Para reponer fuerzas y visitar un pueblecito agradable marco rumbo a Parauta, diminuta localidad llena de encanto, donde se dan la mano especies tan contrapuestas como el pinsapo (una conífera en peligro de extinción) y el limonero, mucho personal no hallaréis por las callejas, algunas edificaciones acusan el paso del tiempo en exceso.
El mínimo ambiente lo ponemos un reducido grupo de forasteros que nos dejamos caer por ese rincón tan apetitoso, El Anafe, donde sirven un venado con salsa de castañas que quita el frío y el hipo, para no desentonar en los postres coincidimos con el mismo fruto castañas al brandy, mientras en la chimenea crepitan varios leños para poner la temperatura en su punto justo.
En el descenso adelanto a varios turismos han colocado un muñeco de nieve sobre el capó, por lo que a duras penas llegará vivo hasta la Zagaleta, antepuerta de San Pedro de Alcántara.

Impresiones

Todo es subjetivo, dejemos volar el yo imposible.

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Tratando la conjución de ocurrencias e imágenes. No pongo música porque se cabrean los de la SGAE.