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Posiblemente
sean éstas y pocas más las transparencias que podamos vislumbrar en estos
tiempos. Las jesuíticas sartenes gubernamentales han cocinado una tortilla sin
huevos, bautizada como Ley de Transparencia. El “maitre” ya ha puntualizado que
la Casa Real no está obligada a probar esta magistral receta. Por lo visto no
somos nadie para saber qué pasa con el maná que riega la Zarzuela.
Menos
mal que hubo otros tiempos y otros genios como Gaudí con un pensamiento alejado de la mediocridad que nos rodea.