estos días muchas miradas van
del cielo a la pantalla del chisme con tecnología androide y viceversa. Tal vez
rezan o suspiran por una pausa entre borrasca y borrasca, la justa para sacar su cofradía a la calle. Para
no perderse un detalle de la movida o para reafirmar el uso del “smartphone”
hay la tira de aplicaciones. Así puedes enterarte al instante de todo lo
relacionado con este mundillo.
La
primavera y el olor a azahar despiertan cuando el mayordomo invisible toca la
campana de la vida. Les da igual los datos que pululen por la banda ancha. Las
nubes tienen su intrincado y caprichoso orden de desfile. Las precipitaciones
son ajenas a las plegarias y llantos de los semana santeros, por ver truncados sus
deseos de procesión.
Entiendo
que los tipos ataviados con chaqué, báculo de plata y medallón al cuello, así
como las mujeres de mantilla se lleven un gran disgusto por privar a la respetable
audiencia de su impagable desfile.
El
nómada, poco amigo de cirios, bandas de cornetas, capirotes y demás
parafernalia prefiere acomodarse en la meseta de Zalia. Según la leyenda aquí
vivió la ninfa Calypso, ésta se enamoró de Ulises y lo trató a cuerpo de rey,
joven por supuesto. Al esforzado héroe se le quitaron las ganas de volver a
Troya. A saber si allí lo esperaban los del FMI, compinchados con la troika,
para tenderle una emboscada de aúpa. De los míticos personajes y su
descendencia ni rastro. Intuyo que se fueron de Erasmus por ahí, encontraron
trabajo y ahora salen en Españoles por el
mundo.
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Ruinas castillo de Zalia. Alcaucín, Málaga. |
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Torres resistiendo a duras penas. Zalia, Alcaucín, Málaga. |
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Alcaucín y sierra Tejeda desde Zalia, Alcaucín, Málaga. |
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Ruinas del castillo de Zalia con Alcaucín y sierra Tejeda al fondo. |
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Embalse de La Viñuela desde Zalia, Alcaucín, Málaga. |