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Pocas luces y frescura. Playa de El Palo. Málaga |
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Inconete y Cortadillo eran dos almas cándidas comparadas con el ínclito Javier Saénz de Cosculluela, a la sazón presidente de la Asociación de Constructoras de Obra Pública. A este sujeto se le debió de encender la bombilla tras una plácida siesta. Propugna una subida de tres céntimos en el precio de los carburantes, para engrosar los ingresos estatales unos 367 millones de euros anuales.
¿Qué hacer con esta pasta rebañada del bolsillo de todos? Destinarla a hacer obra pública en las carreteras, es decir, caja las grandes constructoras. Aunque no tengas vehículo en propiedad pagas lo mismo, porque hasta el transporte del pan precisa de hidrocarburos.
De seguir así las eléctricas pedirán que el gobierno decrete el cierre de ventanas y balcones, ya que permiten la entrada en el mercado oligopolístico de un competidor desleal y barato: la luz solar.
Entre este iluminado y la cortocircuitada SGAE vamos camino de las tinieblas intelectuales.