Falta de diligencia

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A falta de sexo tiene un precio en Francia. Un ciudadano de aquel país, llamado Jean-Louis G. ha sido condenado a pagar 10.000€ a su exmujer por falta de fornicio. Este hombre se ve que andaba de libido caída, según declaró por culpa de los horarios de trabajo.  Un tribunal de Aix en Provence, en atención a la insatisfecha parte demandante, le impuso la pena pecuniaria.

Comunicación postal. Riquewihr

Si el poco resuelto gabacho hubiera puesto más atención en las curvas y los tangas de su excónyuge, ahora no se vería obligado a rascarse el bolsillo, amén del divorcio. Comprendo que el país vecino tiene muchos encantos y atracciones a pie de calle, pero ¡ay amigo! La alcoba exige diligencia, intensidad y frecuencia. De lo contrario puede irse todo a hacer puñetas. Amén de verse en la picota de la prensa como mal ejemplo de macho.

Como muestra del atractivo galo os dejo con unas imágenes de Riquewihr, en el corazón de Alsacia. Eso sí, no vale limitarse a pirulear, trasegar Riesling y luego quedarse sopa encima del equipo de descanso de látex. De este modo las cigüeñas vendrán de cualquier parte, menos de París.

Cigüeña en Riquewihr

La corneta de Berlín

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legadas estas fechas, con las vacaciones de buena parte del país a punto de embarcar rumbo al próximo año, es el momento ideal para el tercio de varas de la clase política. Tal vez, la canciller germana haya recibido del dios mercado financiero un e-mail, que le exija la reforma de las constituciones por pantalones, por muy rígidas que sean éstas. Así que ni corta ni perezosa lo mismo reenvió la misiva a sus fieles acólitos.

Hace unos años, cuando se conocieron las barbaries cometidas contra menores, pongo por caso el asesinato de Mariluz Cortés, era un clamor unánime la reforma del Código Penal y de la Constitución para la inclusión de la cadena perpetua como castigo. El entonces ministro del interior salió por peteneras desafinadas, con falacias como: “No se puede legislar en caliente”. “Una reforma constitucional es muy compleja”…

Degustación de vino Riesling. Colmar. Francia

La pasada semana sociatas y peperos han comulgado con lo dictado por su “arcángela”, sin que chirríen sus diferencias ideológicas. Ha bastado un toque de corneta de Berlín, para que las murallas de Jericó de la Carta Magna hayan cedido a la primera de cambio.

Saciado ya de tanto cuento y de mudanzas de bando, apuesto por lugares con verdadero encanto como Colmar, en la región francesa de Alsacia. Quedáis convidados.