Luz tamizada entre la mutante cortina de hojas, para soñar con personajes de ficción: hadas que socorren a un niño extraviado; gnomos que custodian un tesoro con poderes mágicos; almas que vagan buscando una escalera infinita que las eleve más allá de las nubes…
Todo esto y más puede escaparse de la imaginación al adentrarse en estos parajes de Juanar, si te apartas de la senda trillada por los coches. En otra parte hay brutos que apalean los castaños como si trataran de castigarlos por algún terrible pecado, todo para obligarles a soltar los erizos que defienden su fruto hasta que llegué su sazón.
Las moras, más asequibles, salpican la senda y ponen ese punto de sabor salvaje en la boca del caminante.
Para completar la escena estas flores, cuyo denominación ignoraba, hasta que Carmen me ha puesto al corriente. Nombre científico: colchicum autumnale. Nombre común o vulgar: cólquico, azafrán silvestre. Estas ponen el contrapunto en medio de un olivar que conoció mejores tiempos.