Como el espantajo este junto a la entrada del puente me siento, en medio de algún sector de catedráticos metebullas, esos que sólo saben subir el listón sin apenas querer saber de pedagogías, ya lo de dice el refrán: no hay peor sordo que el que no quiere oir.Ya lo decía el amigo Machado el ojo no es ojo porque lo ves, sino porque te ve.
La mirada para estos oftamólogos de la tienda de los chinos cuenta poco.
¿Llegará el día en que las marionetas del alumando se rebelen? O nos dejarán, buena parte del claustro, contemplando el cielo como estúpidos mientras parte de ellos se reparten el rancho en el guardacalor. Proclaman que enseñan a pensar, sí, en enviarle una corona con un lazo que diga: tu alumnado no te olvida jamás, a ver si así se entera alguno.
Hoy me ha salido la vena reivindicativa al comprobar que tengo las redes casi vacías de conocimiento, tras navegar muchas millas delante de la pantalla.
Menos mal que hay loables excepciones, como el amigo de fotoperiodismo que tiene como objetivo el que captemos conocimiento a la par que disfrutamos.
Moraleja: Mucho de lo que se enseña en la UMA es humo.