iertos días los
medios no hacen otra cosa que cosechar las sandeces que los personajes de turno
tienen a bien regalarnos. Admito que los inculpados esgriman como defensa cualquier memez, ya sea ante su señoría o delante de las cámaras. Otra cosa es que la
prensa actúe como mera vocera de tantas estulticias.
Bárcenas
y Urdangarín alimentan de lunes a viernes el esperpento nacional. La prensa, al
poner el foco de atención sobre estos especímenes, intenta tapar con edredones
los tiritones del paro y el colapso de la economía. Iñaki soltó en sede judicial que su esposa estaba en Noos para “dar transparencia”, pero que
pintaba menos que un teletubby en un entierro. Dudo que la audiencia de este
programa infantil sea capaz de digerir semejante argumento.
El
extesorero del PP y su gente tuvieron la fortuna de encontrase con filantrópicos
personajes anónimos. Éstos, tal vez alentados por su vocación de Madre Teresa
de Calcuta, por los encantos de Rajoy o por un arrebato de beneficencia, les obsequiaron con 23,7 millones de euros. Sin exigir contrapartida alguna. Ya se
sabe que tu mano izquierda no debe enterarse de lo que haga la derecha.
La
mesa de la actualidad la sostienen otras dos sólidas patas de la agenda
mediática. Los entresijos del Vaticano y los achaques del monarca. Atufa a Nodo
el despliegue de TVE en torno al sucesor del papado. La eficacia y presteza médica
con el real paciente puede servir de comparación con la “agilidad” de la hipersaturada
sanidad pública.
Dan
ganas de todo, menos de aplaudir. Podemos echarnos a llorar como esta escultura
de Moraima, la esposa de Boabdil y última reina de Granada. Otra opción es
plantar cara a la permanente tomadura de pelo, como el caudillo musulmán Aliatar
defendió el territorio nazarí.
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Aliatar en Loja, Granada. |
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Terraza con la iglesia mayor de fondo en Loja, Granada. |