Naciones Unidas se puebla estos días de discursos pletóricos de buenas intenciones, siempre fue buen negocio vender humo de pajas a buen precio. Los llamados “Objetivos del milenio” no dejan de ser una orza de buenas intenciones en manteca, eso sí la orza de la tienda de los chinos y la manteca transgénica.
Zapatero aprovecha para posar junto al jerarca marroquí, como pareja bien avenida. El Norte de África es miel sobre hojuelas y quien diga lo contario es un traidor a la Moncloa. Todo lo contrario que sus disciplinados e impolutos ministros que aprovechan la lejanía del amo para avisar a los jornaleros que se avecina una subida de la luz. Las “probeticas” empresas eléctricas son deficitarias, ya se sabe que les cuesta un megahuevo pagar los sueldazos de sus jefones. Estamos a expensas de lo que ocurra en la subasta de las comercializadoras, unas almas perversas que se llevan al río los buenos propósitos de la recuperación económica, creyendo que era mocita y resultó que tenía más espolones que un gallo de pelea.Hay que tener la cabeza llena de cencerros para pretender que comulguemos con piedras de molino. Ya hemos visto demasiados rosarios de la aurora y oído tantas campanas doblando por promesas fenecidas. En este páramo abundan especímenes tipo viva la virgen para una piara cada vez menos mansa. Por todo lo dicho vengo a conceder este sombrero al pastor de las dos Españas (la que él se piensa y la de verdad).