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Inalizadas las fiestas con el calor de hogar y el de alguna estufa, enero nos pone estos primeros días su cara más amable. Se trata de incitarnos a que nos lancemos a tumba abierta por el Tour de las rebajas. Da lo mismo que encontremos un pantalón con horrendos estampados o unos gayumbos con renos en relieve. El personal formará un disciplinado pelotón ante las atestadas cajas para dejar su Visa con una pájara de cuidado.Algunos empresarios listillos del merchandising buscan coronar el col del Tourmalet con ventaja sobre sus inmediatos perseguidores. Así una cadena de tiendas de ropa congregaba una multitud de seguidores en cueros a sus puertas. Se trataba de entrar en paños menores para llevarse dos prendas gratis del establecimiento. Por lo que estos gregarios de la moda pasaron la noche al raso, con temperaturas nada agradables. Se empelotaron justo antes de la entrada en los mostradores elíseos y cumplieron, en cerrado sprint, con el objetivo de vestir el ropaje soñado.
Como ya pronosticó el maestro Goya todos caeremos en las garras de las comadres rebajas para salir desplumados.

