
Embarcaciones de puro recreo, que descansan divertidas, mullidas sobre la arena con su toque de color, con el motor abrigado cual momia sagrada, estampa de parque infantil.

Otras quedaron varadas en su cementerio particular, esta luce unas pintadas alusivas a las personas que han terminado como cuerpos no identificados en el intento de llegar a la península desde África. La foto no es muy buena, pero si os fijáis en el pecho de cada esqueleto aparece RIP y un número. Al final todos somos considerados estadística, números a la deriva que arribamos a una playa quemada de mil soles.
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