A las cinco de la tarde como en el poema de García Lorca, pero en lugar de tragedia algarabía en el puerto de Garrucha, es la hora de la subasta en la lonja, todo son movimientos apresurados, carreras, palabras a medio pronunciar, gestos que completan una jerga para los más avezados. Los palangreros y otras embarcaciones de pesca artesanal disputan su particular carrera por atracar en los muelles más próximos a la descarga, la fábrica de hielo dispensa su mercancía con generosidad cuando el termómetro se aproxima a los 30º C.
A pesar del imponente pargo que duplicando una caja convencional, la estrella de la cotizaciones, en este parquet tan peculiar, es la gamba roja de Garrucha, atrás quedó el vocerío ametrallado del subastador, ahora todo se controla por una red informática, los compradores van armados de una PDA, que disparan en el límite del tiempo de la puja.
El Mediterráneo prodiga sus frutos en las proximidades del Cabo de Gata, algunos desaprensivos han calado mallas con espesores inferiores a los permitidos, al atracar advierten la presencia de la inspección, por lo que se dedican a dilapidar por la borda un montón de capturas que solo servirán para alimentar gaviotas y lisas. Es hora de que pongan punto final a estas aviesas prácticas de pan para hoy y hambre para siempre.
Al día siguiente sonarán los pregones en el mercado: “¡Que lo traigo fresquito, ay recién ‘sacaíto’ de la mar, no ves niña que están vivitos, de Garrucha los llevo…!”.
Como dice mi amiga Marikilla huyo de las tentaciones, pero despacito, por lo que me alcanzan a tiempo, es decir compro acciones rojas para acompañar a un vino de aguja.
9 comentarios:
Gracias por visitar mi blog.
En el Mediterráneo no sólo están las gaviotas contemplando ese mar, hay otras muchas más cosas.
Un beso.
Hola wapo, cuando quieras me puedes invitar a unos pescaditos, yo pongo un rioja joven clarete de cordovín, q más q chuparte los dedos te los comes
ay q gustito a mar a entrado por mi pantalla
muakkkkkkkkkkkkk
qué buena crónica :)! menos mal que acabo de cenar bonito y unas sardinucas del norte, porque si no, me tentaría esa lonja sureña ;)... el pargo alucinante, y todo lo demás, muy apetecible. Y sí, ojalá acaben con esas prácticas tramposas. Que te aproveche, un beso!
Esta bien luchar contra la tentación querido amigo, pero por dios... cae en alguna ;)
Gracias por el comentario, besicos!
Mi pollo nómada, ¿no estabas de vacas? no te he visitado porque pensé que estabas de vacas y ahora veo que tengo cosas por leer, pues hasta el lunes ya no puedo pues los fines de semana como son campestres alli no tengo interness.
Buen finde cuore
Las vacas fuera de casa han sido efímeras, ahora vuelvo a jugar en este casino como un ludópata sin arreglo.
Ayer comí pescadilla congelada...
Ya sé... Ya sé comentario cutre donde los haya... Pero asi respiro mas a sal por aquí!!!
:-D
Muaack!
No hay nada como un pescado recién sacadito del agua, para montarlo a cocinar, de la forma que se quiera, ese sabor de frescura marina es inolvidable.
Un abrazo
Un par de veces he estado en una lonja y de verdad que es algo inovidable... y mareante (valga la evicente redundancia marinera).
Voy para arriba, a ver si pillo tu siguiente singladura...
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