A contra corriente

Hay días que toca, ¿quién será responsable de la organización del azar?, remar contra corriente, lo cual trae consigo terminar ‘guarnío’ –destrozado en la jerga malacitana-, sin que nos movamos mucho del mismo sitio, como estos personajes de la barca, enviados desde Alemania, pero tal parece que fueran el símbolo de este día, que arrancó con un examen más afilado y perverso que sable de mosquetero, para rematar la tarde ejerciendo de fontanero, entre manguitos y juntas tóricas, oficio muy loable, pero que domino tanto como la física cuántica, aún reservo la prueba de presión para mañana, lo mismo puede pasar que termine saliendo en barca de casa, como si hubiera invitado al huracán Gustav a quedarse. Cruzaré los dedos y a esperar un milagro cuando suba a 1,5 bares el manómetro, que si funciona el de los bares será el autor de la chapuza.