lunes, 5 de enero de 2009

Paso del tiempo II

Las dimensiones truncadas, parte II
Lejos de subir, la espiral de la escalera devolvió a la protagonista femenina a un siglo completo de retroceso en el tiempo, apareció a media noche en un lúgubre sótano, donde se vio semidesnuda y atada a una columna de mármol rematada por dos serpientes, no pudo reprimir un prolongado grito de sorpresa. Unos individuos con túnicas moradas y encapuchados recitaban una salmodia incomprensible. El maestro de ceremonias de aquella secta, híbrida de la masonería y el satanismo, se acercó a ella con una daga, más afilada que cuchillo jamonero en ciernes de la navidad. Había sido seleccionada por el ritual del monarca de las aberraciones, como víctima propiciatoria para festejar el primer aniversario de la secta.
Marcos por aquellas fechas desempeñaba el papel de criado en la mansión de los duques de Rebanda, por lo que días antes pudo oír los planes del señorito y sus compinches, como el pobre no era muy afortunado en el trato con las mujeres urdió un plan para actuar en el último momento, a ver si de este modo salía bien parado.
Marcos se ocultó en una hornacina excavada a medio camino de la angosta escalera del subsuelo, preparó una caja de madera llena de piedras gruesas, a la que ató un cordel, justo en el momento en el que Leandro Rebanda se disponía a ejecutar la primera de las incisiones sobre la aquella nívea piel, pegó un tirón seco de la soga, por lo que el cajón inició un atronador descenso por los peldaños de madera, algunos cedieron y se rompieron, lo cual dio más credibilidad a las alteradas voces del mancebo: ¡Un terremoto!, ¡Un terremoto!...
La cofradía allí congregada se olvidó al instante de sus aviesas intenciones, se apresuraron a escapar, por una portezuela que daba a la bodega contigua. Marcos aprovechó la confusión para librar a Amelie de sus ataduras e iniciar la huida en sentido ascendente a pesar del desparrame de peñascos que había organizado.
La siguiente fase consistía en ocultarse él y la muchacha liberada en un lugar seguro. A poco que se descubriera la superchería sus amos lo buscarían hasta debajo de las piedras, no precisamente de las que había desparramado.
Marcos era hombre de atar cabos, de programar hasta el último fleco, por lo que dispuso el mejor corcel negro de su amo en el cuarto donde se almacenaba la leña y el carbón, cubrió previamente los cascos del animal con fieltro para evitar el ruido.
A lomos de corsario salió disparada la pareja en dirección al cerro del Higuerón, a unos 12 kilómetros, dominado por el castillo de Sentempiés, las relaciones entre los propietarios de la fortaleza y la familia a la que servía Marcos no podía estar más enconadas.
Amelie, en su confusión del tiempo disperso, no paraba de preguntarse quién era aquel desgalichado muchacho, que tan oportunamente había intervenido ni que intenciones albergaba, difícilmente podían ser peores que la cuadrilla de los morados. Por lo pronto ella, sin ropa interior cabalgaba delante del jinete, abrazada por éste, con lo que el galope del noble bruto proporcionaba un roce que a Marcos ya le afectaba en sus partes más sensibles.
Un tío del muchacho dejó dicho a Marcos la apertura secreta de la mansión, puesto que llevaba desde pequeño como jardinero en Sentempiés, ahora deshabitado, ya que los señores marcharon a hacer las "américas". De este modo pudo la pareja internarse en aquel territorio comanche para los Rebanda.
Continuará, a ser posible…

12 comentarios:

Belén dijo...

Eh, esa historia es tuya¿?

Es muy buena :)

Besicos

Glo dijo...

¡Vaya giro más violento que ha tomado la historia, nómada! Parece sacado de un capítulo de Conan el bárbaro...

Chuspi dijo...

Jo...yo por un momento pensé que la iban a matar,ay dios !!!!
Esperaremos entonces el desenlace porque me tienes con el alma en vilo,:-D!!

Besitos, ayss..!

Micaela dijo...

¡Muy interesante la continuación de la historia! Ahora a esperar el capítulo siguiente...Un beso

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

buenas pollo... esta historia engancha, estabas sumamente inspirado al escribirla; me ha encantado.
besos, ah, que sepas que estoy de vacas, fastidiate.

Unknown dijo...

Hola Nómada, lo primero saludarte, que hace días que tengo descuidado a todos los amigos blogueros.

Me gusta la historia... espero que puedan escapar y conocerse mejor... o quien sabe?? quizás sorprendas con alguna otra salida.

Un beso

Anónimo dijo...

Hola Rafael, soy Mar de Madrid, hace mucho que no hablamos pero quería decirte que cada día escribes mejor. Un placer leerte!!

delaRosa dijo...

Subyugada por completo a la trepidante aventura espero intrigada el desenlace.

Besines de colores.

Mertxe dijo...

Leyendo...

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

vengo a contarte lo que me pasó ayer... estoy más zumbá que las maracas de Machín: recibo un correo en el que dice que se va de vacaciones, que si me parece bien que le llame que vuelve no sé que día, que le apruebe las vacas y lo firma Rafa. Yo no hago más que pensar en ti (como la canción) que a dónde puñetas te irás y para que me pides vacas a mí...era un compañero del banco. Qué pena me dou a veces, cómo no voy a escribir Lolas...
Un besin de fin de semana

toñi dijo...

La historia se ha puesto muyyyy interesante, dejo la tercera parte para mañana porque no quiero perderme detalle y ya estoy un poco cansada. Un beso

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

sigo en seguida con la tercera parte y quizas con el final

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