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As ciudades mudan sus centros neurálgicos, tal como he visto de forma palmaria en Huesca. La parte alta, prolífica en palacios y templos, se puede imaginar en otros tiempos transitada por humanos y caballos. Hoy anidan los silencios en sus piedras, rasgados durante el día por unas obras impenitentes y polvorientas.
El deambular por estas calles permite paladear el afable carácter de sus gentes. Una anciana se afana en complacer al forastero, darle charla y encaminarle hacia el museo provincial, el cual cuenta con patio octogonal que incita a dejar atrás todo asomo de barullo. Se palpa la escasez de turismo, tal vez por eso quienes llegan son recibidos como familiares.
Los comercios en esta zona presentan un estado deplorable en cuanto a clientela, muchos de ellos mantienen las instalaciones de los años 50. Hay algunos naufragados y varios con carteles de cese por jubilación. El menú a 10 euros es una constante en todos los restaurantes. El azar me llevó a uno llamado El Mojón –nombre que en Andalucía movería a guasa-, resultó un lugar muy acogedor que prepara sus viandas en un asador de leña, su dueño atiende al personal con toda cordialidad. Lástima que pille tan lejos de casa, porque de no ser así la vitrocerámica iba a criar telarañas.
La parte baja de la ciudad concentra el dinamismo. Aparte del tráfico y las prisas alberga una joya modernista de principios del siglo XX: el casino, denominado también Círculo Oscense. Me asomo con cautela a su portal, ya que un cartel prohíbe la entrada a los no socios, pero apenas cruzo la puerta uno de sus miembros me invita con toda confianza a conocer el interior. En la primera planta, la conserje me recibe y se ofrece afable a guiarme por las estancias. Todo se conserva como fue hecho en 1904. Evoca el decorado ideal para una película de burguesía feliz.
Merece la pena dejarse caer por esta tierra y aprender de sus gentes el trato que atesoran muy por encima de los monumentos y alfarjes, como el que luce espléndido en el palacio de Villahermosa.
23 comentarios:
la amabilidad de las personas cambia todo decorado a mejor, sin duda
bueno... y las buenas viandas (con cocinero buena gente además) suma algunos enteros a la visita
me gusta esto de que te escapes a la menor ocasión
besos desde el mismo escenario
bonitas imagenes nos traes hoy, vamos a poner este viaje en tareas pendientes, a ver para cuando!!!!
salu2
Casi todas las ciudades conservan un trocito de su historia cotidiana en algún barrio o calle. Creo que ahí es donde se encuentra realmente la vida, el caracter autóctono y no en la guía de turno.
Tienes razón con lo del Mojón, ya me he reido pensando que vaya nombrecito para ir a comer, jajajaja.
Un beso viajero.
Y es que conocer ciudades tiene mucho encanto.Ahora paso unos días en Granada, sitio maravilloso al que hace mucho que no venía... Haré fotos y sobre todo,disfrutaré. Besos
Los dientes largos me has puesto con estas fotos y con las palabras que las acompañan. No, no he estado en esas tierras,así que más aún agradezco este paseo que me has proporcionado.
Qué suerte tienes, no sólo de poder viajar, sino de saber, en palabras, expresarlo.
Saludos y buen día
Gracias por acercarnos trocitos de realidad, tanto con imágenes como en palabras.
Un saludo
Huesca está en mi lista de lugares pendientes.
Los comercios presentan ese estado en todas partes, en estos días. Aquí los carteles anuncian el cese de negocio sin detallar el motivo.
Todos lo sabemos.
Lo has descrito tan bien y se ven una imágenes tan guapas que no creo tarde en ir a comprobarlo en persona. Tomo nota del restaurante 'El Mojón'.
Besines renovados:))
Qué maravilla, un viaje del todo apetecible, y lo has explicado tan bien que no hay manera de que se quede algo olvidado.
Besitos.
Ah, y gracias por tus consejos, lo hare en la próxima entrada, de todos modos mi pc no va como yo quisiera, además tengo el Vista, y no te creas que me aclaro mucho, entre que yo no sé y él no me hace caso...,¡¡así andamos!! Gracias.
Aquí es donde has sentido el cierzo?
Lo dudo, es de Zaragoza, no de Huesca! de todas formas, es bonito que hayas comprobado la amabilidad aragonesa...
Besicos
Tienes razón Belén, el cierzo es de Zaragoza, a la que dedicaré alguna que otra entrada más adelante. Las camisas hay que plancharlas de una en una.
¿Ves? No conozco Huesca y me has puesto los dientes largos. Cuando vaya a Teruel, también iré.
Besos, gracias por tus fotos
BUENAS TARDES,MUCHAS GRACIAS POR COMENTAR EN MI BLOG...!GRACIAS...
BELLOS TRAZOS DE IMÁGENES,E INTERESANTE CONTENIDO!
UN ABRAZO ENORME!
GRACIAS
LIDIA-LA ESCRIBA
No la conozco, pero esa amabilidad que describes, merece una visita!!!!
Besotesss y linda semana
que buena descripción de la ciudad de Huesca, ha sido como estar paseando por sus calles!
Besines
Ummm tiene una pinta increible..y las buenas gentes...que agradable hacen la vida..
y el menu de 10 euros pues tambien y mas si comiste bien..
Besos de esos de buena gente
De verdad que me quedo con ganas de ir a Huesca. Es preciosa por lo que muestras y por lo que dices. Gracias nómada. No lo olvidaré.
Un abrazo
Conozco algunos lugares de la provincia pero no la capital. Quizá porque le sucede como a Soria, adonde se va pero por donde no se pasa. De Jaca recuerdo los tremebundos bocadillos y las enormes jarras de bebida que dispensaban a los clientes en un local frecuentado por militares, que por jóvenes están siempre hambrientos. Pero suele ser el paisaje lo que más huella deja siempre en mí, y de Huesca me han quedado en la memoria sus yermos atravesados por carreteras del mismo color de la tierra circundante, y el aire frío con aroma a humo de roble.
Nómada, creo que has pasado un día feliz en Huesca. Porque la felicidad tiene que ver mucho con la armonía, y se ve que en tu paseo ibas tranquilo y disfrutando de las buenas gentes y de una comida que por lo que dices nos podríamos apuntar todos los días
Ya ves, rincones vividos que se reviven desde tu mirada
Un beso soleao...
Huesca es preciosa, yo he vivido a 40 kilometros de ella, y si vas a Jaca, Ainsa, o al Valle de Ordesa ya ni se diga.
Te felicito, vas a conocer España entera.
Un abrazo
Creo que yo estaba en Zaragoza, el mismo día que tú. Ya ves , podíamos habernos cruzado por la calle y sin reconocernos...
No sabía lo del frío de la estación. Zaragoza no se merece ese frío en una estación a la que hay que llegar con calorcito
Por cierto, lo de comer, hasta reventar!!
Un beso mañico!
Con tu crónica he vuelto a pasear por Huesca y veo que más o menos, sigue igual. Me dejó impresionada la catedral... cuánto alabastro!!! Da por pensar que todo el trabajo que fue realizar aquello, viendo el resultado, valió la pena.
Muy buenas las fotos.
Por cierto, escápate a la sierra de Guara, vas a flipar.
Un abrazo
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