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i alguien se molesta en escuchar
a los árboles centenarios, como yo hago, puede enterarse de historias como la que
me contó el castaño:
“Sergio rompió
amarras hacía varias semanas con el noray que lo sujetaba al frágil pantalán de
las ganas de vivir. Apenas salió del hospital, la fatídica idea del suicidio se
instaló en él como un troyano irreversible.
No podía
borrar de su mente aquella tibia tarde de noviembre, en la que dejó conducir
los más de 130 CV de flamante moto R1 a su novia Raquel. La falta de experiencia
de la joven piloto, conjugada con un todo terreno que invadió parte del carril
contrario, en una curva ciega, provocaron el fatídico desenlace. Culebreo incontrolable
de la rueda trasera, Raquel segada por el guarda raíl y Sergio con politraumatismo
severo.
Castaño en Parauta. Málaga. |
Un domingo
de febrero se hizo con una cuerda y el valor suficiente para despedirse de
todo. Se arrimó a mí, como castaño de dos brazos robustos, para ejecutar su
plan final. Apenas dio una vuelta a mi rama norte. El rítmico chasquido de las
ruedas de una bici de montaña interrumpieron su tarea. Una joven ciclista se
acercó y preguntó a Sergio:
-¿Puedo
ayudarte en algo?
-Déjalo,
ya es demasiado tarde. Por un momento pensé que eras Raquel, volviendo para
pedirle perdón.
-¿Te
gustaría volver a saber de ella?
-Vamos,
no digas chorradas. Sigue tu ruta y déjame acabar con lo mío. Tú no me has
visto y yo no te conozco de nada.
-Prueba
a ver esto y luego decides.
-¿Se
trata de un truco barato grabado en tu tablet?
Ella se
limitó a esbozar una tímida sonrisa y alargó el dispositivo electrónico hacia
Sergio, que lo miró de mala gana.
-Pulsa
el icono del caballito de mar en la parte superior derecha de la pantalla.
(Aclaró la ciclista).
Este pez
era el favorito de Raquel. Un mensaje audiovisual comenzó:
‘Hola
Sergio, soy yo, sé perfectamente por todo lo que estás pasando. No debes
culparte por el accidente ni preocuparte por mí. Ahora vivo tal como soñábamos
de adolescentes. Eres libre de acabar como una rama sin hojas ni fruto. Si
enfilas la pendiente de la vida, hay mucha gente a la que puedes ayudar.
Recibirás poco a cambio, pero ahí estaré para llenarte de energía de 100
octanos. Tengo que dejarte, porque las comunicaciones las tenemos muy restringidas
aquí. Un beso’.
Alcornoques descortezados. Parauta. Málaga. |
El joven
se quedó sin fuerzas, se resbaló por mi tronco hasta quedar sentado sobre la
alfombra de mis hojas. Con voz entrecortada dijo a la ciclista:
-Llévate
la cuerda, llévatela por favor. A todo esto, ¿cómo te llamas?
-Mi
nombre es Esperanza, pero eso es lo de menos.
Ella
traspuso por el camino de los alcornoques, con su bici de doble suspensión camino de Cartajima sin dejar huella. Él
volvió al bar donde solían tomar una cerveza sin alcohol, cuando volvían de sus
salidas moteras. En la barra quedaban dos taburetes libres y sonaba su melodía favorita en el reproductor de CD”.
La
verdad es que el dichoso castaño era muy locuaz y yo andaba ocioso, por lo que
atendí su leyenda.
26 comentarios:
¡Mira las cosas que te cuenta un Castaño!
Eso es, la esperanza, nunca se puede perder....
Besos, Nómada x2
Un relato magnífico y duro; me ha dejado enganchado y lo he leído dos veces...
Un abrazo.
Sólo se confirma lo que siempre he sabido, eres excelente, me ha dejado enganchada [como ha dicho José]
Es un placer visitarte Nómada, un beso.
No me extraña que te cuenten esas historias, a esos árboles que fotografías, sólo les falta hablar y ... por lo visto ya la hacen...
La historia me ha dejado casi como al alcornoque, sin piel.
Muy dura pero, por desgracia, bastante real.
Un beso
El castaño es mi árbol y es cierto, puedo asegurar que habla.
A, cada vez que voy a visitarlos, siempre me hablan (y trasmiten) de fuerza y esperanza.
Abrazos
Hay castaños muy sociables. Un bonito texto.
"Leyendas poco serias" anuncia la etiqueta, pero muy entretenidas.
Los árboles parlotean con el viento y con los pájaros, también con algún que otro animal bípedo que aguza su oído...
Son agradecidos los castaños, como ven que te encanta sacarlos guapos en las fotos, te corresponden con estas historias tan bonitas como erizantes...
Besos.
Los castaños son árboles muy longevos, es bueno hacerles caso y una virtud saber escuchar lo que susurran a los que en el creen
Un beso
Ojalá una persona que conocí hubiera tenido un castaño a mano.Pero sólo tenía el baño de una oficina.
Un abrazo,precioso árbol y magníficas fotos,como siempre.
La esperanza es el guiño de la vida.
Pero la esperanza tiene que venir con un proyecto bajo el brazo para quien la perdió de vista o no hay nada qué hacer.
Porque hay quien pierde la vida y hay quien parace estar vivo, pero no lo está.
Malditas apariencias!
Afortunadamente la esperanza, el 99,9% de las veces, aparece con algo que nos ilusiona.
Y claro que los árboles hablan!
Bicos.
El que a buen árbol se arrima ....
Hermosa historia llena de esperanza.
Un abrazo.
Hay que ser Motero, y el Castaño lo ha sabido, para el te cuenta esa historia.....
Salu2 de una Motera.
Dorita.
Una historia estupenda. Procura ánimo.
Nunca perder a esperança...
Bom fim de semana.
Beijo.
Nita
¡Vaya, me emocionaste! La naturaleza es sabia consejera, mas pocas veces le prestamos atención.
Un besote
pUZZ, RAFA, LO MÁS BONITO QUE TE HE LEÍDO
me has hecho llorar...
Raquel es el nombre de mi hermana que murió en un accidente de coche, pero era ella la que conducía....
Yo sé perfectamente que allá donde esté, nos estará mirando y cuidando....
No dejes de visitar al castaño. Cuenta historias interesantes y muy aleccionadoras. Y después, como ahora, nos las cuentas a nosotros.
Un beso atento
Una bella y muy triste historia en la que la esperanza es la gran protagonista y que tendriamos que tener mucho mas presente cada dia en nuestra vida.
Me ha enganchado.
Besos.
Lunna.
La experiencia , la madre de la ciencia..el día equ hablen los árboles...se quejaran de las burradas que hacemos...un saludo desde Murcia.
Si nos paráramos a escuchar un poco a la naturaleza.....
Triste relato. Ojalá ante pensamientos de esta índole, todos, tuvieran un castaño con ciclista.
Muy bien acompañado tu relato con unos preciosos árboles.
Abrazos
Un bello fin de semana Nómada
Besos
Uffff...Me has emocionado.
Por aquí hay muchos castaños. Habrá que parar a escucharlos. Que nunca nos abandone esa esperanza
Tu relato me trae a la cabeza el accidente del año pasado con las vespas.
Era la 1ª vez que venian uyse trago una curva,menos mal que iban despacio...La moto se pasó el guardarail y la pareja quedó en medio de la carretera. Él no se hizo más que rasguños, ella se rompió los dos tobillos...Es el primer y único accidente que hemos tenido en años. La impresión es muy grande.
Buen finde.
un beso
Una lindura de narración!
Hay que tener alma bonita, para escuchar a los castaños cuando se anda ocioso...
Besotesssss
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