Sillón de parir

El otro día aproveché, que no perdí, la mañana deambulando por el museo de artes populares, muchos años atrás posada de La Victoria, es decir el hotel 5 estrellas donde se entremezclaban arrieros, cantaores de flamenco, mujeres alegres y toreros de tronío como Guerrita, Frascuelo, Mazzantini… Éste último fue un torero nacido en Elgoibar (Guipúzcoa, España), del que se relata la siguiente anécdota: “El diestro Luis Mazzantini Eguia contó en su cuadrilla con un banderillero que luego llegó a gobernador civil. En cierta ocasión le preguntaron al maestro cómo había sido posible que ese hombre llegara a gobernador. Y él contestó: ‘Degenerando’, con lo cual provocó la risotada de complicidad general.
Chascarrillos aparte la verdad es que el matador llegó a ser concejal del Ayuntamiento de Madrid y luego gobernador de Guadalajara y Ávila. Cómo se encumbró ahí, es lo que está por demostrar.
Dejando a un lado los enrevesados vericuetos de la tauromaquia y la política, me sumerjo en el túnel del tiempo al llegar al espacio de las cocinas, como las que usaban nuestras bisabuelas, donde puede que hubiera sus humos, pero nada comparable con el incendio de la centralita nuclear de Vandellós II, catalogado de nivel cero según el CSN (Consejo de Seguridad Nuclear), eso sí que es dar una larga cambiada al personal, tras haber brindado al palco de Zp. Encima nos venden la moto de lo imprescindible de su energía, ya que en caso contrario tendríamos que volver a los tiempos del candil, de las planchas de hierro, de los despachos como este en lugar del ordenador, lo mismo se piensan los expertos en seguridad que venimos de vaciar los bocoyes de la bodega.
Para tratar de uncirnos al carro de su agenda, la de los dirigentes de este solar, por TV nos martillean una y otra vez con los detalles de las elecciones en USA, en particular sobre las ventajas de Obama, como si este sonriente muchacho fuera el futuro piloto que manejará la barca de nuestro rumbo cotidiano, en fin por hoy ya no siento más casos en el sillón de parir, como este que descubrí en el museo con unas estrofas de Baltasar Peña Hinojosa, que así lo describen:
"No te vayas de ligero
pensando que este sillón
no ha tenido más misión
que tuvo el sillón frailero.

Tampoco es un agujero
aunque el asiento lo esboza,
su destino fue otra cosa
de mucho más provenir
que fue el sillón de parir
de la familia Hinojosa".

Fe de erratas: el pie de foto que dice quinqué debe decir candil, lapsus lingua,