jueves, 22 de mayo de 2008

Rumbo incierto



RUMBO INCIERTO

Subí las anclas a cubierta
dejé volar la imaginación
por una mar despierta
sin más yo por tripulación.

Calé la redes en la memoria
buscando nuevas capturas
de forma aleatoria
sólo halle salpicaduras.


Reseteo el sonar y rolo a levante
donde emergen los escurridizos
como un falso diamante

En esta navegación de rojizos
no sirve brújula ni octante
en un continuo fronterizo.

lunes, 19 de mayo de 2008

Marinero junto al puente

Como el espantajo este junto a la entrada del puente me siento, en medio de algún sector de catedráticos metebullas, esos que sólo saben subir el listón sin apenas querer saber de pedagogías, ya lo de dice el refrán: no hay peor sordo que el que no quiere oir.
Ya lo decía el amigo Machado el ojo no es ojo porque lo ves, sino porque te ve.
La mirada para estos oftamólogos de la tienda de los chinos cuenta poco.
¿Llegará el día en que las marionetas del alumando se rebelen? O nos dejarán, buena parte del claustro, contemplando el cielo como estúpidos mientras parte de ellos se reparten el rancho en el guardacalor. Proclaman que enseñan a pensar, sí, en enviarle una corona con un lazo que diga: tu alumnado no te olvida jamás, a ver si así se entera alguno.
Hoy me ha salido la vena reivindicativa al comprobar que tengo las redes casi vacías de conocimiento, tras navegar muchas millas delante de la pantalla.
Menos mal que hay loables excepciones, como el amigo de fotoperiodismo que tiene como objetivo el que captemos conocimiento a la par que disfrutamos.
Moraleja: Mucho de lo que se enseña en la UMA es humo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Comunionistas



Mucho personal de estreno, trajín de primeras comuniones, el comercio hace caja y los salones de las celebraciones hace tiempo que han colgado el cartel de no hay billete, será en la cartera de los padres.

El nómada, que anda tan chamuscado como el casco del pobre velero, se quita de en medio con la moto en busca de otros blancos y azules, lejos de los atildados marineritos, a poco que se descuide un rosario de monovolúmenes entre otros, dejarán la vía de acceso al barrio sumida en el colapso total.

En lugar de los blancos tules, de los vestidos lucidos por la tropa femenina en día tan señalado, se fija en esa patera, que tal vez tras cruzar el estrecho, cargada de sueños morenos y rizados, se quedó varada frente al chiringuito, plena de geranios y otras especies enraizadas en esta tierra, para servir de contrapunto cromático a la ingesta de paella y pescaíto frito, bajo la penumbra de un cañizo, barrera agradecida de un sol que penetra como una aguja colchonera. Entre estas y otras cavilaciones pierdo la mañana, gano un rato de solaz allá por la Caleta de Vélez, habiendo declinado alguna que otra invitación a convites de parientes lejanos, para los que hubiera sido preciso echar mano de esos pantalones de pinzas tan incómodos ellos.
Me conformo con mis langostinos cocidos con abundante clavo y laurel en mi rincón.

Impresiones

Todo es subjetivo, dejemos volar el yo imposible.

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Tratando la conjución de ocurrencias e imágenes. No pongo música porque se cabrean los de la SGAE.