Una pausa en lo climático permite quitarle las telarañas a la moto, buena falta le hacía. Escapada relámpago a Granada, donde se celebra el 518 aniversario de la toma por el equipo de la cruz y la espada, por lo que la polémica está servida a pie de calle. El personal de cierta edad acude como pastores al portal del Belén.
Al nómada nunca le quitó el hipo las parafernalias oficiales, por lo que decide mezclarse entre la muchedumbre que invade, cámara en ristre, la carrera del Darro; deambular sin Norte por el laberinto de la Alcaicería, internarse por callejas con aire de estampa romántica y tascas repletas de infantería, al asalto de roscas y otros trofeos culinarios. Cuando retorno a plaza Nueva por la moto, la encuentro travestida de improvisada mesa con un suculento plato sobre el depósito, del que nadie se hace cargo, así que transfiero a otra compañera de aparcamiento la ración y salgo como puedo del enjambre de coches. Digo adiós a la postal de la sierra, vestida de blanco hasta los tobillos y desbordada de visitantes según fuentes oficiales. El acceso a Pradollano más vale dejarlo para un día laborable.