miércoles, 29 de septiembre de 2010

Al borde del acantilado



E
N la orilla, herida, tal vez grave, yace doña Economía tras haber conocido tiempos de bonanzas. El ladrillo, en lugar de palanca de la actividad productiva, resultó ser una palanqueta de butronero, para abrir la jaula del paro.
Hoy todos sacan pescuezo y pecho después de la huelga: los sindicatos con su cómputo propio. Las aves de carroña de la oposición se afilan las garras en espera del festín. No comulgan con la protesta, pero apuesto a que brindan con champán del caro para festejar el envite contra el zoo monclovita.
Los Zp “boys” están acorralados por la izquierda, hasta las otrora cañas del grupo Prisa se han vuelto lanzas. Hostiga la patronal sin mengua. Vapulea esa mano invisible de los mercados bursátiles día sí y otro también. A esta panda sin brújula le da vértigo el acantilado, por lo que se aferra a un matajo. Entonan que retoman el diálogo social, como quien anuncia el bálsamo de fierabrás, para aliviar a un paciente tirado en una sala de espera de urgencias desde hace tiempo. Hacen falta lámparas de más vatios para alumbrar esta pesadilla.

Impresiones

Todo es subjetivo, dejemos volar el yo imposible.

Archivo del blog

Datos personales

Mi foto
Andalucía, Spain
Tratando la conjución de ocurrencias e imágenes. No pongo música porque se cabrean los de la SGAE.