Por fin pude solucionar el problema de la calidad de las imágenes, al funcionar Slide, aunque blogger va cada vez peor.
Tras una jornada triscando por los alrededores del refugio de Juanar, situado entre Monda y Marbella, a escasos 50 kilómetros de Málaga capital, busco condensar la experiencia de la montaña en unas pocas líneas e imágenes, los aromas, los sonidos, la sensación de plenitud en los horizontes despejados o en la penumbra de los bosques de castaños penetrados por estiletes de luz, la textura de horizonte cabalgado por alocadas nubes bajas empujadas por el poniente, deshilachadas contras las laderas, los erizos de los castaños que anuncian un otoño inexorable… aunque se antoje oculto tras los chaquetones de los comercios, basta mirarlos de soslayo para que me provocan sarampión.
A día de hoy carecemos de una tecnología que pueda aunar todas las excitaciones de los sentidos, que los reproduzca de lejos siquiera. De todas formas, a título de propuesta me quedo con el recuerdo de las zarzamoras, o moras como se designa de forma coloquial. Al menos me supieron a montaña y a libertad, después de una buena caminata, o picada que dirían en Latinoamérica, todo lo opuesto a la agricultura de invernadero, muy rentable tal vez, pero más insípida que un plato de agua.
En este Sur, de lluvias ausentes, resulta gratificante diluirse entre tanta vegetación exuberante, a pesar de un estío saturado de vientos terrales, con temperaturas que pican espuelas a los acondicionadores de aire como jinete al encuentro de su amante.
Dicho esto, me lanzó a la piscina para intentar plasmarlo en verso.
Quiero ingerir un clon de esta montaña
dejando el original todo para el futuro
cuando todo mi blog sea pura telaraña.
Tomaré de ti, zarza, el fruto y repetiré el conjuro:
"Libren el cielo y la tierra, el ser humano y sus caprichos
A estos parajes de consumirse en el fuego
porque alguien, avispado de mercados, hallare nichos
y arrasare contigo especulando como burriciego.
Mi deseo sembraré entre las densas neblinas
para su renovación de mis ideas a días vista,
firmada sobre hojas de castaños y encinas.
Acepto tu renovación con todas las condiciones,
ya que tú de la vida consagraste las rutinas
para seguir latiendo, pese a todas las violaciones".