Hasta el 25 de este mes no queda más remedio que dejar de dar cuerda a la artesanía bloguera. El inexorable examen de televisión devora hasta el último segundo libre, se trata de aplicar todas las horas a un sinfín de conocimientos perdidos, imposición de alguien con más vocación de sargento que de docente. Quien no se acople a la rueda dentada de su arbitrio quedará arrumbado en el cajón de septiembre.
En cuanto vadee este Rubicón pondré en marcha la maquinaria de las entradas con un ritmo más acompasado.