viernes, 31 de diciembre de 2010

Otro año más en la red

Desde este rincón os deseo que al año entrante podamos bailarle un 'trenzaillo' por verdiales y dejar la crisis en el capítulo de los recuerdos.
Feliz 2011.
PD. Disculpen la calidad, el móvil no da más de sí. Imágenes tomadas en la fiesta mayor de Verdiales 2010. Málaga.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Crónicas de un Bugatti (III, final)

E
Sta vez prometo terminar las peripecias del automóvil y su conductor por tierras transalpinas. Ya sé que todo el personal anda con prisas por estas fechas, incluso cargados de bolsas de compras en más de una ocasión.
Tirados al lado del Garda estuvimos más de dos horas, hasta que una camioneta que repartía bebidas gaseosas acertó a pasar por allí. A mi conductor se lo llevaron al hospital del que salió tan contrariado, en cambio yo tuve que esperar mucho rato para que la grúa depositara mi maltrecho esqueleto en el taller de Giuseppe.
Filippo estuvo en otra dimensión hasta la media noche. Apenas recobró la consciencia la lió parda contra una monja más bien entrada en carnes, con bigote hirsuto y una toca como esas de las películas de Fellini. Claro que yo tampoco me hubiera alegrado de ver aquel personaje con una descomunal jeringa y una aguja hipodérmica de grueso calibre. Era tal el vocerío que acudió en ayuda de la religiosa la enfermera de turno.
-Deje hermana Assunta, que a este enfermo lo entiendo yo.
-Sonia, no se pase con las confianzas o me veré obligada a dar parte al director.
A nuestro paciente se le iluminó el rostro como si lo hubieran visitado los magos de Oriente. Sus airadas protestas se transmutaron en lisonjas hacia su amor a piñón fijo; pero ella no cedió ni un ápice a sus requiebros.
-Filippo, usted está dispuesto a partirse la crisma con tal de aparecer por aquí. Deje su romance aparcado en otro lugar, esto no son los camerinos de un cabaret. Esta inyección le aliviará durante un buen rato.
-Sonia, por favor acepte una invitación a cenar, en mi chaleco hay una tarjeta… Aaaah!
No le dio tiempo a más, aunque se propusiera poco menos que a declararse, de costado y con los glúteos al aire. Primero el aguijón le dolió como una banderilla de fuego, para luego caer en un plácido sueño como consecuencia del chute de metamizol. A los tres días ambos estábamos restablecidos. Filippo mejoró a turbo con los cuidados de su enfermera de noche.
La mañana del sábado el médico de planta firmó el alta del galán. Por lo que éste, terco como era, se puso de nuevo a mi volante y enfilé vía Pallone pasado de vueltas. Menos mal que duró poco, ya que poco antes del puente Aleardo una mujer desbocada se cruzó en mi camino. Filippo con un  golpe de volante la esquivó y terminamos en un parterre.
Sonia había salido hecha una furia del apartamento que compartía con Lamberto, su novio. Al regresar del trabajo se encontró a éste vestido solo con su bata, a cuatro patas sobre una mesita baja, mientras un maromo con pinta de portuario le empujaba por retambufa. Trincó un san Pancracio de la repisa y se lo estampó en las costillas. Pegó una patada en la puerta y salió con los ojos inyectados de rabia. Volvíamos a encontrarnos. Filippo fue en su busca, al reconocerlo se abrazaron y ella le ordenó más que pedirle que la llevara lejos de esa ciudad.
Mi conductor comprendió que la felicidad suele estar lejos de la jaula donde se tiene el alpiste y el agua segura, así que recogió unos miles de liras en el banco y terminamos nuestros días en España. La pareja se afincó a orillas del Mediterráneo, a mí me vendieron a un consignatario de buques de Sevilla, y desde entonces mi vida es burguesa hasta el cigüeñal, aunque he tenido oportunidad de rodar por lugares de película.
Felices fiestas a toda válvula.
Pd. La foto de las prisas está tomada en calle Larios. Málaga. La del pajarito en la jaula en Benajarafe. Málaga. Las diapositivas corresponden como la mayoría sabéis a Sevilla.

Impresiones

Todo es subjetivo, dejemos volar el yo imposible.

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Tratando la conjución de ocurrencias e imágenes. No pongo música porque se cabrean los de la SGAE.