En la ruta hacia el desguace de la cordura, peperos y gürtelianos han marcado un nuevo hito. Se acaba de conocer que la todopoderosa Esperanza Aguirre despachurró nada menos que 1.388.000 euros (cerca de 231 millones de las antiguas pesetas), de los bolsillos madrileños en colocar exclusivamente la primera piedra de un proyecto megalómano que pasó a la estantería de las piezas olvidadas, el Campus de la Justicia, que ya resulta toda una ironía del destino.
Igual el pedrusco consistía en un diamante único de muchos quilates y faces. Con lo cual no es de extrañar que la presidenta se quede escueta en palabras, hasta que un micro abierto la delató, en plena confesión sobre su parquedad léxica contra las propuestas de austeridad del ejecutivo. Llegados a este punto cabe recordar al bueno de Cervantes en el capítulo LXVII cuando pone en boca de Sancho esta sentencia: "Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra”.