Triatlón en Torremolinos. Foto de un competidor. Archivo propio.
Continúo nadando a brazada limpia en la piscina de los exámenes, moviéndome como un pez de plomo entre las calles de Opinión Pública y otras materias tan densas como el mercurio. Por cierto, sus bruscos cambios me han dejado sumergido en un mar de virus, para facilitar más la tarea de tragar buchadas de folios, sin más salvavidas que una memoria más endeble que un flotador de la tienda de los chinos. En cambio buena parte del equipo anda ya de relax, puesto que dieron de lleno en la diana al optar por otras disciplinas más llevaderas.
La puntuación de las pruebas superadas se ignora cuándo subirá al marcador, en esto el equipo arbitral tras 26 días carece de premura, del tal modo que vivimos en un sinvivir.