sábado, 24 de enero de 2009

Alhama de Granada


Sin tiempo para mucha prosa esta semana, sólo puedo dejar lo que recogió el objetivo el otro día en Alhama de Granada. Los exámenes acucian y el tiempo se vuelve más incómodo que un cojín de mármol. Para no perderse el paseo a pie por los tajos. Es muy evocador, lástima que carezca de tiempo para inspirarme ahora. Espero que disfrutéis del atractivo de este lugar.
Ojo con la carretera en invierno y las placas de hielo, buen susto me dieron con la moto, ya rebasado el puerto de la Gallina, menos mal que no venía nadie de frente, porque pude enderezar la burra a base de meter primera y olvidarme del freno delantero, pero ya en la izquierda total.

lunes, 19 de enero de 2009

Paso del tiempo IV (final)


El hambre se apoderó de la pareja a mediodía, salieron a coger unas naranjas por las huertas cercanas para remediarlo, recuérdese que se trataba de una mansión abandonada, como recolectaron más de las que pudieron comerse, se dedicaron a arrojar el excedente contra el remate de la cúpula de estilo oriental, Amelie que tenía bastante puntería acertó el blanco, pero el porvenir devino negro para ambos.
El tiempo, accionado por aquella especie de veleta, volvió a su dimensión actual; el castillo hasta hace poco era de una familia acosada por las deudas, por lo que habían hipotecado el inmueble, no pudieron hacer frente al pago de los plazos y salió en pública subasta, de este modo lo adquirió una banda de narcos, cuyos gorilas-vigilantes detectaron la presencia de los que ahora pasaban a ser unos extraños. La huida tuvo que precipitarse, apenas si pudieron coger una potente moto tipo trail que encontraron en el jardín; se internaron por las veredas del monte Calamorro, hasta llegar a Ojén donde se deshicieron del vehículo, abandonándolo bajo los escombros de unas casa en ruinas.
Marcos tenía un colega que trabajaba como recepcionista en la posada del Ángel, tabla de salvación para este caso. Cumplimentaron una ficha falsa con el NIE de un extranjero que lo olvidó días atrás en la habitación, como era temporada baja ocuparon la suite principal, una especie de recreación de la Alhambra. Nada más cerrar la puerta ambos se fundieron en un beso desesperado, se lanzaron a un proceso de catarsis amatoria, por si aquellos energúmenos los hallaban, al menos que hubiera sido una evasión que mereciera la pena vivir por ella. Tanto es así que, en la habitación de al lado, algún guiri, con regular pronunciación del castellano, jaleó el trajín con algún sonoros olés, si bien los protagonistas solo vivían para exprimir su pasión.
Tuvieron suerte, porque la lluvia no solo borró las huellas de la moto, sino que atascó a los pesados 4X4 en una zanja excavada por la riada.
Hasta tuvieron suerte de recorrer el pueblo aquellos viajeros del tiempo, de cumplir el ritual en la fuente de los reencuentros, según la leyenda aquellos que beben agua simultáneamente en los cuatros caños jamás podrá ser separados por las dimensiones tiempo y espacio.
De todos modos las mini vacaciones de Amelie llegaron a su fin, tuvo que partir para su tierra natal. A los pocos meses Marcos se hizo con una beca Erasmus y se presentó en la ciudad natal de Amelie.
Dejemos a los protagonistas de esta historia que disfruten de su relación.
FIN.

Impresiones

Todo es subjetivo, dejemos volar el yo imposible.

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