martes, 19 de agosto de 2008

Biznagas de olor


La ciudad se prepara para un domingo de feria intenso, aprovecho para adelantarme a la gran avalancha que inundará todo el centro, me dedicaré a robar instantes sin el aluvión de trajes de faralaes y camperos, tal vez en otra ocasión me aplique a la España de pandereta.
Han vuelto colocar a la entrada de calle Larios (arteria principal de esta urbe), las gigantescas biznagas, réplicas de esas que los vendedores ofertan por la noche en sitios concurridos, sobre todo restaurantes y bares de copas, por lo romántico de la composición y el olor incita al diálogo de parejas.
Debo aclarar que la: ¡Biznaga “d’oloo”! Como pregonan sus mercaderes (técnica de marketing ancestral), en modo alguno es una flor que se de tal cual en estado natural. Se trata de una composición que parte de una materia prima, en este caso las flores de los jazmines, quienes se buscan la vida en esto las recolectan por la mañana con sumo cuidado, esquilmando los plantas de casas ajenas, generalmente se desplazan en ciclomotores con un recipiente, incluso los más adelantados tecnológicamente incluyen en su ‘hardware’ una pequeña escalera para acceder a las ramas que sobresalen de las tapias más elevadas. La segunda fase consiste en insertar uno por uno los albos y aromáticos jazmines en un alfiler, tarea que de la que suelen encargarse las mujeres. Continúa el proceso con el clavado de las flores, máximo 20, mediante su añadido acerado en un palo seco de hierba; a su vez estos palitos que hacen las veces de falsos tallos se clavan en una penca de chumbera (también llamada tuna en Sudamérica), desposeída claro está de espinas, ya que el biznaguero andará con ella en la mano a modo de bandeja, vale que el faquirismo lo soporten la sufrida corola del jazmín, pero no tiene tal vocación quien se mueve por ánimo de lucro.
Como hay gente para todo, un sector se refugia en la misa dominical, mientras que a las puertas del templo el limosnero cumple su misión, para que no deje de llamar la atención el astro rey ha puesto el foco sobre él, veremos cuanto aguanta, con el termómetro tomando carrerilla camino de rebasar con creces los 30ºC.
Por lo demás me llaman la atención las obras de antiguos edificios que dejan al descubierto las intimidades de lo que fueron moradas, que debieron conocer varias generaciones de inquilinos, algunos artistas que dejaron su impronta en las paredes, maestros del trampantojo como éste que sale al paso en calle San Juan, donde también ha quedado al descubierto un curioso cartel sobre la prohibición de revender pan y otros artículos, curiosa la ortografía arcaica. Otros papeles pintados de la década de los 70 salen fuera como pieles de serpiente ya mudadas.
Cerca de la plaza de la Merced, escenario de juegos de Picasso otros derribos en la calle Tomás dejan al descubierto una torre oculta, presumiblemente de la antigua judería, a poco que traten de sacar los cimientos los romanos y otros pueblos también pedirán paso.
Al final termino mis pasos a la sombra de la Alcazaba, imaginando como se lo debían montar en el teatro romano las noches de verano mis predecesores, sobre todo los de la zona VIP.

9 comentarios:

Glo dijo...

No es mal artificio ese de ponerle tallo ortopédico a los jazmines, porque es una flor delicada cuyo aroma es difícil disfrutar de otra manera.

Y, por cierto, que quizá hayas notado que ese olor es un intento fallido de imitar el de la orina de los animales...

Nómada planetario dijo...

Homble Gonzalo no compares esos líquidos con los jazmines, por lo menos con los perros.
Además según las abuelas unas cuantas flores puestas en el dormitorio actúan como repelente de los mosquitos por la noche.
Saludos.

Natacha dijo...

He disfrutado con este fresco y divertido texto.
Eres un gran escritor amigo. Gracias por este buen rato
Natacha

Adoro el jazmín.

Vintage dijo...

Pues a mi me parece muy bonito lo del jazmín, auqnue sea ajeno y le pongan lo q le pongan en el tallo, por un rato llevslo sobre mi solapa debe ser un encanto para mi olfato

Entre tus plalabras y tus fotos cada día tengo más ganas de bajarte un crianza y comenernos unos pescaditos o lo q se coma en Malaga
Muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

Glo dijo...

No quise decir que huelan a orina, sino que lo pretenden sin llegar a conseguirlo (al menos desde nuestra percepción).

Buscando referencias a este tema, encontré las siguientes en una página de perfumería:

- "... En el caso de la flor del Jazmín, es el desagradable, repugnantemente hediondo y
nitrogenado, Indol, -una sustancia emparentada con el beta-Indol
(también llamado Escatol)- , que también se encuentra en las héces humanas..."

- "... Las diferentes substancias que componen el perfume natural de la flor recuerdan
diferentes olores del cuerpo humano y, en algunos casos, estas sustancias también son producidas
por el cuerpo humano. Muchos de estos aromas provienen, en efecto, de substancias
emparentadas con las hormonas qe se encuentran en las regiones de las axilas y
Urogenital..."

Un saludo.

Chuspi dijo...

Jelou!!!!
qué tal?? vengo por aquí a asomar el hocico, dado que tú has llamado a mi puerta, jaja!!!

Me gusta como escribes, con ese tono irónico y seductor al mismo tiempo....uhmmmm....así que, volveré sin duda...si me lo permites,claro!!!!

BESOTES!!!!!

Nómada planetario dijo...

Gonzalo: Cada cual tiene su percepción subjetiva sobre temas olfativos, admito que los químicos analicen y saquen las conclusiones que estimen oportunas.

Natacha:
Me vas a sonrojar con tanto piropo. Sólo busco hacer ameno la narración de algo intrascendente.

Bolero:
La gastronomía de esta tierra es bastante variada, a veces la gente se empeña en llevarla a contracorriente, pues en estas fechas, de torrarse vivo, en muchas casetas no tienen otra mejor idea que servir la "pringá" (toda la grasa del cocido), o migas con chorizo como plato típico, lo cual tras varios rebujitos aseguran una papalina tamaño XXL. Con un par de pajaretes, un lágrima y un cuenco de ajo blanco ya tendrían más que suficiente. Allá películas...

Chuspi:
Tienes las puertas abiertas para lo que gustes.

Saludos a todo el personal.

sky walkyria dijo...

los jazmines,
acicalando con perfume
solapas y dormitorios
desde antes de las antiguedades romanas,
pues la belleza es el principio de la vida misma,
aunque la ciencia intente lo contrario tan a menudo

besos pasajeros

Anónimo dijo...

Vaya, se me había pasado este texto. Qué bueno, es como si lo estuviera viendo.

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