domingo, 31 de octubre de 2010

Horas regaladas



D
Ani nunca pasó de ser un chico atolondrado en sus estudios. Una ecuación de segundo grado le costaba sudor y lágrimas, siempre estaba en compañía de las musarañas. Lo único que dominaba con maestría era la videoconsola y el pirateo. Quemados sus progenitores, por las notas más que mediocres del chaval, lo convencieron para que se matriculara en un módulo de restauración de artesonados. Al menos aprendería un oficio.
La Aljafería era la escuela taller, tarea por delante no le faltaba. A nuestro protagonista  le traía sin cuidado la evolución histórica del edificio, se limitaba a seguir las instrucciones de la monitora de mala gana, en cambio fantaseaba con encontrar un tesoro en algún rincón del palacio.
Al final del viernes se despistó del grupo con una excusa banal; se internó en la falsa cúpula del oratorio para acceder a un nido de vencejos. Cubierto por el polvo y las telarañas de varios siglos halló un diminuto postigo con una cerradura herrumbrosa, era imposible hacerla saltar con un simple destornillador, pero la madera cedió al aplicar el escoplo a los remaches. En aquel hueco descansaban unos frascos y una vitela deteriorada con inscripciones árabes.
El chaval miró el móvil y se dio cuenta que era la hora de cerrar, volvió con el grupo para firmar la hoja de control, pero en lugar de salir con los demás, se despistó en cuanto pudo y se dirigió a su hallazgo. Examinó el pequeño envase de color marrón, aquella esmerada caligrafía le resultaba incomprensible a la vez que magnética, sin pensarlo mucho abrió el tapón sellado con resina e inspiró el aroma del contenido. Jamás había experimentado algo similar, su mente quedó sumida en un largo éxtasis, por el que se transmutó en medio de la noche en los baños del harén del rey Al Muqtadir. Entre risas de las cortesanas fue bañado en la alberca, cuando intentó hablar para pedir explicaciones, Farida, la más hermosa selló su boca con un beso perfecto y un pétalo de rosa. Al salir del agua fue envuelto y frotado con paños de suave lino, por lo que fue inevitable que se despertara toda la fogosidad propia de la edad.
La misma que cerró los labios del muchacho le condujo por todas la voluptuosidades de su cuerpo, hasta sumergirlo en el profundo valle del placer. Farida solo habló al joven cuando este quedó exhausto, con estas palabras: “Aquél que halle el aroma eterno podrá acompañarnos en nuestro destierro, siempre que abra la caja del antes y el después”.
Dani se despertó bien entrada la madrugada, al llegar a casa puso como excusa que había estado de botellón, pero no pudo pegar ojo, las sensaciones se repetían en un bucle sin fin. Escaneó los signos del pergamino para tratar de averiguar su significado.
Terminó el curso a los tres meses sin que descifrara el mensaje. Tras un fin de semana entero encerrado con el portátil, con pruebas infructuosas con todo tipo de programas de criptografía se había rendido. El lunes se pasó por la secretaría para un trámite burocrático, fue de nuevo a su rincón secreto, las sombras que la celosía proyectaban sobre la grafía componían una combinación numérica. Tomó nota sobre el antebrazo, salió aprisa camino del ordenador, pero aquello parecía no encajar en parte alguna. El fracaso era su única compañía.
Al poco tiempo se colocó como vigilante jurado en el palacio de sus sueños, al ser novato le endosaron en seguida el turno de noche. En cuanto se quedó solo introdujo aquellas cifras en la web de seguridad del servidor de acceso a las cámaras. La pantalla cambió el gris anodino por la vida de aquel jardín soñado, extrajo de su bolsillo el perfume y pudo así reunirse con aquella que le conducía hasta extremos imposibles. Desde entonces siempre tiene asignado el turno de noche de forma invariable. Es que hay horas que son regaladas de verdad, no como otras que una teja te quito y otra te pongo.

20 comentarios:

leamsi dijo...

increible relato, esta versión tuya de las mil y una noches, trabajo y placer nunca conflureyon con tanta fuerza, creo que el protagonista soñaba en las horas nocturnas de vigilia forzosa por el trabajo y el placer y descansaba de forma anodina y aburrida durante el día.
salu2 y gracias por la distracción

Verónica Calvo dijo...

Me he quedado atrapada en la historia y pegada a las fotos... y ahora, cómo vuelvo???

Besitos

Belén dijo...

Aprendió de todo en la Aljafería, ¿eh?

jajajajajajja

Besicos

Trini Reina dijo...

Asombrada he quedado ante este relato tan bien creado y trazado.
Horas regaladas, desde luego, tan regaladas, como los minutos agradables que he pasado leyendo esta historia.

Te felicito

Abrazos

Carmen dijo...

ni en sus mejores sueños imaginaría que el mundo de ceros y unos le llevaría al mundo del perfume y el jardín de la piel

besos imaginando

NATALIA dijo...

Me encanta la conjunción de texto e imágenes.
Un beso

Elena dijo...

Por favor...¿podrías mandarme el código ;)?

Precisa narrativa. Un abrazo

Ginebra dijo...

Me encantó esta leyenda, está muyyyy bien. La he disfrutado mucho, dime, ¿es tuya? ¿existe esta leyenda en el folclore aragonés y las "has aliñado tú"????
Ese turno de noche prometía, yo hubiese hecho lo mismo que Daniel, pero cambiando a la tal Farida por un Mohamed cualquiera y potable, claro:)))
Besos

virgi dijo...

¿Sabes que te ha quedado genial y me ha encantado? Pero mucho, mucho.
Un abrazo
(más interés que me has dado para volver por esos lugares)

MAR dijo...

pd
Besos de sal ...y mar desde mi mar.
mar

campoazul dijo...

A eso le llamo yo aprovechar un curso, ¡si señor! ...Y una cosita: la fórmula del aroma del frasquito no la tendrás, no?

Besitos.

Sandra Figueroa dijo...

Maravilloso relato, llena de fantasias mi alma. Un gusto leerlo. Besos, cuidate.

Anna dijo...

Hermosa historia y bonitas fotos.
Un beso.

MarianGardi dijo...

Que relato mas bonito, me ha enganchado.
Se te da muy bien, ya sabes, a seguirrrr
Besos mi motero malagueño estudiantil jejeje

Alís dijo...

Sería atolondrado en los estudios, pero pudo encontrar la felicidad. Muchos cerebritos todavía la están buscando...

Te felicito por el magnífico relato.

Besos

Anónimo dijo...

muchas gracias por el comentario y por agregar lo de los tibetanos,no lo sabía...hay mucho que no se,sabes
un abraza...excente post!
lidia-la escriba

Dol dijo...

Bellísimo , de verdad.
Y original.
Un beso.

Anónimo dijo...

Que bueno el relato!
Besines

Unknown dijo...

Un.. me ha gustado mucho... francamente..

lo he leido de un tiron... ahora bien..

el final, yo necesitaria algo mas...
digamos intenso..

otra dimensión, otro plano, la puerta del stargate.. .. o algo así..

Besos y esperando hallar el aroma de la eternidad.. que según nos cuentas no estaría nada mal.

Anónimo dijo...

es una novela?...me quedo con la duda
lidia-la escriba

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