Cabezas hueras

Aburrida como anda la ciudadanía entre la malhadada crisis, desaceleración y consiguiente recolocación que se promete como un maná, venido desde las nubes gubernamentales, para que luego no digamos como aquel italiano: “non piove, porco goberno”, además de una barrila rayana en la obsesión con las elecciones USA omnipresentes; los medios de comunicación, llamados serios y de referencia, no tienen otra cosa mejor para entretenernos que la especulación, sobre una supuesta relación entre el ex presidente Aznar y la actual Ministra de Justicia de los vecinos galos, notición de portada vamos.
Cualquier estudiante de 1º de periodismo, en el primer cuatrimestre, ya discierne que circulan por la autovía del sensacionalismo, muchas andanadas contra la tele basura, para terminar uncidos al mismo yugo.
Si alguien cae en la tentación de creer que me estoy enfundando la toga y las puñetas, para defender al ex líder de los conservadores, hace aguas, simplemente me traen al pairo las intimidades de un individuo cuyo partido jamás voté. Veo con más luces y seso –con ese, no vayamos con coñas- a las testas de las imágenes, como guillotinadas en rotonda cualesquiera, que a quienes priorizan este culebrón en los diarios.