viernes, 26 de septiembre de 2008

Santi Petri


Hoy capto en mis sensores la señal del monte, pese a que el cielo, al Norte de la provincia, presagia condiciones poco favorables para la fotografía, marco en el gps mental la ruta de Santi Petri (Almogía), sendero agradecido en esta época; hasta brinda de gorra un tentempié socorrido y calórico, almendras. Han dejado casi toda la cosecha sin recoger, la importación desde terceros países arruina los precios para la producción autóctona, encima nos venderán el turrón con cacahuetes o vaya usted a saber qué cosa, en lugar de almendras. Tampoco quiero hacer un alegato de proteccionismo aduanero, simplemente analizo aquello que salta a la vista.
Dejo deslizar mis reflexiones por entre los alcornoques, testigos de miles de soles y unos cientos de aguaceros que brindan su cubierta y su corteza, a saber qué botellas sellarán con su piel, a la espera de un buen pretexto para acabar entre las espiras de un sacacorchos, cruel final para un vegetal tan noble, pero como dicen los enólogos: un buen corcho no vuelve bueno a un vino malo, pero uno malo te echa por alto todo el caldo, todo sea por el resultado final.
Retorno por la venta de “La Leche”, con su puente de tiempos de Carlos III, sobre el arroyo Campanillas, ahora en restauración de otra patochada anterior que lo dejó con aire “tuning-folclórico” (pretil metálico verde y piso de asfalto), hay alcaldes que sacan las ideas de una romería o de la garrafa que llevan en la carreta, como aquella otra que la primavera pasada circulaba por un paraje cercano, escoltada por un nutrido cortejo de animados romeros, en plena operación “Malaya”, con una sábana que predicaba: “Viva la Pantoja”.
Os deseo que las lluvias anunciadas para el fin de semana se porten civilizadamente, sin que se lleven por delante coches y hogares construidos a golpe de hipoteca y horas extras.

6 comentarios:

Belén dijo...

Si es que cuando apareces por esos rincones perdidos de la humanidad, te preguntas si estás en lo correcto metiendote en grandes ciudades... la verdad...

Besicos

Carlota dijo...

Pues sí, que las lluvias se limiten a empapar la tierra, sin anegarla ni provocar más desgracias. Qué lugar tan bonito... o serán tus fotos? :) un beso, Nómada.

Unknown dijo...

Gracias por los buenos deseos, pero por estos lares la lluvia no cesa.
Cuando se comprueba in situ, lo que hacen las importaciones con la agricultura española, es para echarse a llorar.
Te lo digo porque lo vivo en mi día a día. Soy y vivo en zona agrícola, principalmente naranjos, y muchos labradores han dejado perder sus huertas, por que las ganancias no cubren ni la mitad de los gastos.
Y venga importar naranjas, de Brasil, Marruecos, Israel, California etc. Y lo mejor de todo, es que muchos almacenes-exportadores, las etiquetan como si fueran naranjas valencianas.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

vaya cielos.

Estas fotos son muy de agradecer, la verdad.
Preciosas.
Besos.

Glo dijo...

Hola, nómada:

Bellos árboles... aunque me has dejado intranquilo con tu comentario, porque no mueren al perder la corteza...

Un saludo.

Gaviota dijo...

Siempre me robas el corazon con esas fotos..

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